La Práctica de Guatemala nace en un sismo, y es a partir de este
movimiento en la tierra que lo obvio, lo que damos por sentado nos da un
llamado, sacudiendo y uniendo una información que se despliega un amanecer
frente a los volcanes.
Esta Práctica es el eje del trabajo.
Dentro de sí lleva ejercicios ancestrales, arquetipos animales,
movimientos cuyo recorrido nos ofrece tanto un entrenamiento físico como un
acercamiento a la experiencia energética que conlleva.
Cada parte de ella nos recuerda un lugar de trabajo, nos trae vivo
junto con lo físico lo que anima al movimiento.
Partimos entonces desde aquí para investigar, improvisar,
permanecer en algún ejercicio y ver hacia donde nos lleva.
Y es desde la improvisación y la creación donde abrimos los
sentimientos y podemos comenzar a gestar la semila de una obra.
Las hebras con las que se teje el movimiento es en gran parte lo
que puja desde el alma por manifestarse, y entonces encontrarse con alguien
capaz de escuchar este misterio y esta fuerza es posible si el cuerpo no está
encerrado en su universo anatómico.
La raíz del trabajo es un puente, que a veces se quiebra y nos
deja solitarios en alguna región
el puente entre lo interno, el temple y conocimiento físico y la
creación como una unión inseparable en el arte de la danza.
Melanie Alfie.
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